La imagen que abrió las dudas fue publicada por SamMobile, y muestra dos aparatos de diseño poco evolucionado cuyo único indicador respecto a esta posible modificación es un sticker que asegura esta característica. Lo sé, un sticker no cuesta nada y el papel aguanta lo que sea, pero hemos visto anteriormente equipos de uso interno en cuerpos horrendos y tripas gloriosas que se vuelven una realidad a mediano plazo.
De todas formas, 3 GB de RAM sólo para un uso como el que le damos a un teléfono inteligente suena a exceso, y más allá de que esto sea una prueba de concepto, no indica que esto pueda materializarse en un aparato que llegue al mercado pronto. Sin embargo, estoy seguro que a más de alguien esto podría abrirle el apetito por un teléfono cuyas prestaciones sean cada vez más cercanas a las de un computador.
Vaya uno a saber lo que planea para el futuro la siempre convulsionada industria móvil, pero es inevitable ponerse a pensar para qué podría servir una bestia así en un formato pequeño. Quizás lo sepamos en 2013, pero de seguro la palabra clave es “convergencia”.
