
Tanto que puede suponer la desaparición del proyecto que Microsoft, a todas luces, pretendía convertir la familia KIN en los dispositivos de mensajería por excelencia, dejando otros segmentos de mercado para el futuro Windows Phone 7. Sin embargo, la jugada no les ha salido bien debido a motivos muy concretos y bien definidos.
Por un lado, y quizás el más importante, el abusivo importe tarifario al que el operador estadounidense Verizon somete a los que quieren hacerse con cualquiera de los modelos: 49.99 y 99.99 dólares (unos 41 y 81 euros al cambio actual) para el KIN One y KIN Two respectivamente, bajo un contrato de dos años de duración con una tarifa mínima por importe de 69.98 dólares mensuales (57 euros).
Por otro, las paupérrimas características, tanto técnicas como de funcionamiento, que tan poco calado han tenido en los diferentes públicos a los que los dispositivos iban dirigidos en un principio. Lo cual nos lleva nuevamente al asunto del coste, quedando constancia de una clara desproporción entre éste y las posibilidades de ambos terminales.
De ser cierto el rumor al que algunos medios otorgan cierta verácidad, éste presagia a priori unos muy poco optimistas resultados para su debut el próximo otoño en diferentes países europeos.