
Como ya aclaramos ayer, la presencia de Carrier IQ en los dispositivos de Apple es mucho menos peligrosa que la detectada en los terminales Android de diferentes fabricantes ya que se limita a recolectar información de diagnóstico, está atada a las preferencias de privacidad de los usuarios y deshabitada por defecto.
Las declaraciones de Apple confirman lo dicho y tan solo ponen de manifiesto la voluntad de la compañía de poner tierra de por medio con una empresa de tan dudosa ética como Carrier IQ cortando sus relaciones por lo sano. Una relación que, en cualquier caso, se limita a ofrecer soporte a las operadoras que utilizan los servicios de esta (ya que a diferencia de Android, nadie excepto Apple puede realizar modificaciones del sistema) y, por si aún no le ha quedado claro a alguien, dejaba a decisión del usuario compartir o no los datos de forma anónima.
De ahí, a teléfonos que salen de fábrica (fuera del control de Google en el caso de Android o de RIM en el caso de Blackberry) con un keylogger, que espían los mensajes incluso antes de mostrarlos en pantalla y que registran cada web que ves y cada aplicación que ejecutas hay un larguísimo camino.