
Lo que parece dar buena cuenta del “ligero” descontrol que sufre el mercado de Android, el cual parece haberse escapado al control de la empresa que lo creó. Buenas expectativas y un cada vez mayor número de usuarios descontentos que se ven como Google y los diferentes fabricantes se pasan la pelota de un tejado a otro, olvidando el gran parque de terminales que ha sentado las bases de la expansión del que posiblemente sea el único sistema operativo que pueda hacer temblar los cimientos de los de Cupertino y su iPhone.
El panorama se presenta como sigue; los usuarios europeos de los HTC Hero aún no tienen una fecha fija para la actualización de sus terminales a lo que podría ser la última versión de Android. No así los HTC Dream y Magic, los cuales necesitan de ciertas triquiñuelas para soportar Froyo en sus entrañas. Nada que ver con los recientes Desire, Legend, Tattoo y Nexus One.
Más flagrante si cabe es el caso de algunos modelos de Acer con pocos meses en el mercado, así como el Motorola Dext y el LG GW620, cuyo futuro parece del todo incierto. Aunque lo más sonado ha venido de la mano de la surcoreana Samsung, la cual parece no tener intención alguna de llevar versiones más avanzadas del sistema operativo a sus Galaxy Spica, Lite, Portal e i5700. Quizás con las miras puestas en el futuro de Bada a corto plazo, pero haciéndose a la vez un flaco favor a su imagen como empresa. Quién sabe.
El asunto ha llegado hasta el punto en el que los usuarios se unen en foros virtuales en los que recogen el apoyo y las firmas de miles de usuarios con intención de enviar sus correspondientes peticiones a grandes del panorama tecnológico actual como HTC o la mencionada Samsung.
Visto ésto, parece que Android se puede convertir en un arma de doble filo para usuarios, fabricantes y desarrolladores, los cuales parecen tratar de hacer su agosto y vivir de las rentas. Mientras, Google prefiere mirar hacia otro lado y deleitarnos con palabras bonitas. Pero ya todos sabemos en qué queda todo esto.