
El objetivo de NoTA es establecer una nueva forma de construir teléfonos móviles. En lugar de una arquitectura centrada en un solo chip, NoTA utiliza un esquema distribuido, mediante módulos o subsistemas. Cada módulo se encarga de realizar una tarea, por ejemplo gestionar aplicaciones, almacenar datos o labores de conectividad. Los distintos módulos se comunican entre si a través de nodos de servicio que pueden estar basados en estándares abiertos como Open Max o Open GL ES.
Actualmente la creación de un nuevo modelo de móvil supone unos 18 meses de trabajo y un coste de entre 100 y 200 millones de dólares. La arquitectura NoTA permitiría un desarrollo más rápido y mucho más barato de nuevos terminales a los fabricantes de móviles. Su adopción por la industria tendría un efecto similar a lo que ocurre en el mundo del PC, donde los componentes de hardware que forman el ordenador proceden de distintos fabricantes pero son fácilmente integrados en nuevos equipos.
NoTA ha atraído a fabricantes de móviles japoneses por los ahorros que supone, su escalabilidad, la facilidad para integrar nuevas funciones y la mayor rapidez para llegar al mercado. La arquitectura puede incluso aplicarse a otros dispositivos electrónicos, por ejemplo consolas o reproductores multimedia.
Nokia y NXP buscan que otros fabricantes y suministradores se sumen a la iniciativa para establecerla como estándar en la telefonía móvil. La cuestión es que la reducción progresiva de márgenes de beneficio en las ventas de móviles, en un futuro próximo va a desembocar en un solución que, si no es exactamente NoTA, será muy similar.
Vía: Engadget